jueves, 18 de septiembre de 2025

MONTE PERDIDO. 25 años después. 7-9-25

 










Este fin de semana regresamos a Ordesa, un lugar que para nosotros tiene un significado especial. Hace ya 25 años que, junto a Josetxo y José Mari, subimos por primera vez hasta Góriz y nos asomamos al reino de Monte Perdido. Un cuarto de siglo después, aquí seguimos, con la misma ilusión y la misma amistad, compartiendo cordada y sueños de montaña.

La ocasión merecía celebrarse como se debe, volviendo juntos a esos senderos que tantas memorias guardan. Pero además, esta vez la aventura tuvo un sabor aún más especial, porque se nos unió Hugo, mi sobrino, que descubrió por primera vez la magia de Ordesa. Para él fue todo un bautismo montañero, caminando entre bosques, fajas y cascadas hasta alcanzar su primer tres mil. Ver su cara de asombro y alegría nos recordó a todos lo que significa iniciarse en la montaña, ese descubrimiento que engancha y deja huella para siempre.

La ruta, la compañía y el motivo de la celebración hicieron de este fin de semana algo único. Fue como cerrar un círculo y, al mismo tiempo, abrir otro, el de seguir compartiendo montañas juntos y ver cómo las nuevas generaciones empiezan a escribir también sus propias historias en las alturas.

Sin madrugar mucho viajamos hasta Torla donde llegamos sobre las diez de la mañana, cogemos el bus hasta la pradera, donde nos tomamos un pincho antes de comenzar a caminar sobre las once de la mañana.

Partimos de la Pradera de Ordesa (1.300 m), punto de inicio clásico para adentrarnos en el corazón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Dejamos atrás el llano y tomamos la exigente Senda de los Cazadores, que arranca con una fuerte pendiente y sin tregua nos obliga a ganar altura rápidamente. En apenas hora y media alcanzamos el mirador de Calcilarruego (1.950 m), un balcón espectacular sobre el valle de Ordesa, con vistas imponentes hacia las paredes del Tozal del Mallo, Gallinero y Tobacor, las cascada de Cotatuero  y el curso del río Arazas serpenteando muy abajo en el valle.

Desde aquí el camino cambia de carácter: la senda se convierte en la Faja de Pelay, un precioso sendero colgado que recorre horizontalmente la vertiente sur del valle, siempre con panorámicas de postal hacia los bosques, cascadas y paredes de Ordesa, donde destaca la Brecha de Roldan y al fondo del valle aparece nuestro objetivo, Monte Perdido acompañado por Cilindro y Soum de Ramond o Añisclo. Este tramo es un regalo para la vista y un respiro tras el duro inicio.

La faja se va adentrando poco a poco en el fondo del valle, hasta que enlaza con el Circo de Soaso, donde el paisaje se abre y donde se encuentra la cola de caballo, una de las cascadas más famosas del Pirineo. Aquí el agua y la roca forman un rincón mágico que marca el final de la faja. Nosotros no bajamos hasta el fondo del valle, cogemos una senda que nos conduce a media altura a enlazar con la GR-11 que nos conducirá  hacia el Refugio de Góriz (2.200 m). El sendero asciende por terreno pedregoso, entre zigzags y pequeños resaltes, siempre con el macizo de Monte Perdido vigilando desde lo alto. Tras unas 5 horas de marcha desde la Pradera, alcanzamos el remodelado y acogedor  refugio de Góriz, punto de partida de grandes ascensiones en el Parque Nacional.


Mapa y track del recorrido hasta el refugio de Goriz desde la Pradera por la senda de los Cazadores 


Perfil y datos del recorrido hasta el refugio de Góriz desde la Pradera por la senda de los Cazadores 


 

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Comenzando a caminar en la Pradera de Ordesa, en busca del inicio de la Senda de los Cazadores

Subiendo por las duras rampas de la Senda de los Cazadores

Por los huecos que nos deja el bosque podemos observar el Tozal del Mallo 

Y por otro hueco vemos el Circo de Cotatuero

Y llegamos al abarrotado mirador de Calcilarruego



Posando junto con Hugo en el mirador de Calcilarruego

Las vistas desde el mirador son espectaculares, pico Escuzama, Tozal del Mallo, Gallinero, la Faja de las Flores, el circo de Cotatuero, Casco, Marboré, Tobacor y muchos metros bajo nosotros el valle de Ordesa 

Después de disfrutar de estas grandes vistas, seguimos caminando por la espectacular Faja de Pelay, desde donde Hugo observa la Brecha de Roldand
Brecha de Roldand y Casco de Marboré


Y cuando vamos llegando al fondo del valle, aparecen por el fondo los tres Sorores, Cilindro, Monte Perdido y Anisclo

Una mirada atrás donde destaca Tendeñera al fondo

Hugo posando con los tres Sorores,  en este punto ya se ha dado cuenta de lo grandioso que es todo

Llegamos al final de la faja de Pelay y  tenemos que ir bajando  en busca de la GR-11

Cuando conectamos con la GR-11, que viene por el valle, tenemos una gran vista de la Cola de Caballo, el circo de Soaso y del Cilindro y Monte Perdido

Ahora toca subir por la GR-11 hacia el refugio de Góriz

Posando junto con Hugo con el Valle de Ordesa, y la faja Pelay al fondo

Y con tranquilidad llegamos al remodelado y acogedor  refugio de Góriz,, no había estado una vez terminado y  menudo cambio
Pasamos el resto de la tarde en el refugio, descansando al sol tomando unas  cervezas hasta la hora de la cena



Y después de cenar volvemos a salir a ver como anochecer, vistas hacia el Casco y Taillón

Anocheciendo en el valle de Ordesa


Tras pasar la tarde y la noche en el refugio de Góriz, amanecemos con la ilusión puesta en la cima del Monte Perdido (3.355 m), el gran señor de Ordesa. El día comienza temprano, cuando la montaña aún despierta entre luces frías, y nos ponemos en marcha por el sendero bien trazado que asciende suavemente al principio, atravesando praderas de alta montaña.


Poco a poco el terreno se vuelve más rocoso, y tras superar los primeros resaltes alcanzamos la parte superior del Circo de Góriz. Desde aquí la ruta se dirige hacia la célebre Ciudad de Piedra, un laberinto de lajas y bloques que anticipa la grandeza mineral de la jornada. El sendero continúa en dirección al Lago Helado (3.000 m), punto clave donde la mole de Monte Perdido se presenta en toda su magnitud.

Frente a nosotros se abre la famosa Escupidera, la pendiente final que conduce directamente a la cima. Con paciencia y paso firme,  vamos ganando altura por su pedregal inclinado. La recompensa llega pronto, tras un último esfuerzo alcanzamos la cumbre del Monte Perdido, techo del Parque Nacional y tercera cima más alta del Pirineo. Nos abrazamos con una gran alegría, estamos en la cima de Monte Perdido 25 años despues. Nos abrigamos y disfrutamos de las pocas vistas que tenemos, Añisclo, Ordesa, Pineta. El viento frío no nos deja estar mucho en la cima, las fotos de rigor y nos vamos para abajo.

Tras disfrutar de la cima emprendemos el descenso por el mismo itinerario, atentos a cada paso en la Escupidera, el camino nos lleva de nuevo al Lago Helado, donde hacemos un merecido descanso al abrigo de un vivac. Continuamos bajando por la misma senda que hemos subido, hasta que llegamos de nuevo a Góriz, donde nos detenemos a reponer fuerzas y a saborear la satisfacción del objetivo cumplido. Recogemos las cosas que habíamos dejado en la taquilla del refugio y una vez preparada la mochila de nuevo y con la energía renovada, solo queda completar la larga bajada hasta la Pradera de Ordesa. El sendero desciende en zigzag entre canchales y praderas, enlaza de nuevo con el Circo de Soaso. Queremos bajar por las clavijas de Soaso, pero estaban atascadas, muchos montañeros subiendo muy lentos, así que volvemos a la GR y bajamos hasta la cola de caballo, donde la tranquilidad se termina y el jolgorio y gentío predomina. Ya solo nos queda seguir el curso del río Arazas, nos conducirá  de vuelta al punto de partida, recorriendo el valle de Ordesa.

El día ha sido largo e intenso, pero coronar Monte Perdido siempre es especial: una ascensión exigente y emblemática que resume lo que significa caminar por los Pirineos.

Mapa y track de la subida hasta Monte Perdido y la bajada desde la cima hasta la Pradera 


Perfil y datos de la subida hasta Monte Perdido y la bajada desde la cima hasta la Pradera 




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Un poco antes de las siete de la mañana estamos listos para comenzar a caminar, e ir en busca de la cima de Monte Perdido

Al poco de comenzar las primeras luces iluminan el valle de Ordesa

Nosotros seguimos subiendo y el sol ya calienta las paredes del Cilindro

Subimos sin problemas el primer paso que nos hace emplear las manos

Recorriendo esta primera terraza a la que hemos accedido por ese paso



Una vez que hemos pasado por la Ciudad de Piedra, observando por donde hemos llegado hasta aquí

Y llegamos al paso equipado con una cadena 

Jose Mª pasando el paso, ayudándose con la cadena

Enfilando la senda hacia el Lago Helado

Un pequeño descanso en el Lago Helado, donde aprovechamos para abrigarnos y a por la Escupidera

Hugo concentrado subiendo por la Escupidera

La pedrera se hace dura y más con el frio viento que tenemos

El viento va moviendo las nubes y cada vez tenemos menos vistas

Casi cuando llegamos a la cima las nubes nos dejan ver el lago Marboré y la brecha de Tucarroya

Y llegamos a la cima, Hugo en su primer tres mil

Después de 25 años volvemos juntos a la cima de Monte Perdido, una gran alegría seguir compartiendo cimas con amigos como estos, nos acordamos de Andrés que en aquella ocasión también estuvo, pero el tener que tocar la gaita le ha impedido repetir  

En la cima junto con Hugo, no se quien esta más contento si el tío o el sobrino

El valle de Ordesa desde la cima

Soum de Ramond o Pico Anisclo y el cañón de Añisclo

Hugo posando con el cañón de Añisclo

Panorámica hacia el Cilindro, picos de la Cascada, Espalda de Marboré, Torre de Marboré, Casco, Taillón.........

Estamos poco rato en la cima, no más de diez minutos, el viento frío no lo permitía, y comenzamos a bajar

Descendiendo por la escupidera con paso firme

A punto de terminar la pedrera y meternos en el tramo de roca, por la izquierda Ordesa y Tobacor

En el tramo de roca con el Cilindro de Marboré 

Una vez terminado el tramo de roco Hugo enfila hacia el Lago Helado

Llegando al Lago Helado donde protegidos del viento haremos una parada para comer y recuperar fuerzas para la bajada

Llegando a la Cuidad de Piedra



Comenzando la última parte de la bajada antes del refugio



Una vez que hemos parado un buen rato en el refugio de Góriz, emprendemos la bajada hacia la Pradera. Hugo baja super contento, con su primer tres mil

Valle de Ordesa por encima del Circo de Soaso, por la izquierda la faja de Pelay por donde subimos el día anterior

Este gran hito y un cartel marcan el desvió hacia las clavijas de Soaso, con todo el valle de Ordesa de fondo

La intención era bajar por las clavijas, pero estaban en hora punta de subida, y nos cansamos de esperar y bajamos por la senda. Clavijas de Soaso

Bajando por la GR-11 llegando a la Cola de Caballo

Al llegar a la Cola de Caballo, el panorama cambia, se acabo la tranquilidad, está todo lleno de visitantes

Y comenzamos a seguir el curso del río Arazas, por el camino empedrado dejando Monte Perdido al fondo

Apenas paramos en los puntos más interesantes del recorrido, Gradas de Soaso

Un pequeño descanso en el camino, el cansancio comienza aparecer

Recorriendo el bosque de las hayas

Y aunque cansados llegamos con una gran sonrisa a la Pradera















Un fin de semana que lo tuvo todo: la emoción de volver después de 25 años, la alegría de compartir cumbres con amigos de siempre y la ilusión de ver a Hugo descubrir Ordesa y alcanzar su primer tres mil. Entre recuerdos, esfuerzo y paisajes inolvidables, nos llevamos la certeza de que seguimos sumando momentos únicos en la montaña, y que las cimas, más allá de la altitud, se miden en las personas con las que las compartimos. A gusto.......