En el ultimo día de enero nos llega hasta Pamplona la nieve, comenzó por la tarde a nevar, y continuo toda la noche, por la mañana siguiente seguía nevando. Viendo el panorama no nos podíamos quedar en casa, así que sin pensarlo mucho nos dirigimos hacia nuestro querido Ezkaba. Amaia y yo quedamos en Artika con Edurne, Xabier, Aurora y su perro Adi. Y desde allí comenzamos el camino hacia la cima de Ezkaba, el cual se encontraba en un día mágico, con gran cantidad de nieve, no paro de nevar en la tres horas que estuvimos andando, incluso cuando dábamos la vuelta al fuerte, nos sorprendieron unos cuantos truenos. Seguimos nuestro camino abriéndonos paso entre la gran cantidad de nieve, en la parte alta cerca de 50 cm., para bajar hasta la cercanías del santo y de ahí de nuevo hasta Artika. Hemos recorrido esas sendas multitud de veces, pero este día fue pura mágica la que existía en el monte, era otro monte distinto, el cual nos hizo disfrutar de lo lindo.
Vista de Artika y al fondo Pamplona
Como para sentarse en el banco
Abriéndonos paso por la cresta
Esto es lo que dio se si un paseo lleno de magia…….
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