Seguimos disfrutando de las vacaciones de semana Santa por tierras sorianas, y enseñándole a Amaia todos esos rincones con encanto, que tenemos por esas tierras.
Hoy toca ir cerca de casa, iremos al sabinar y a visitar un rincón que a mi me encanta, de hecho mi blog se llama como este rincón, Covaloria. Antes de llegar nos desviamos unos metros para visitar EL ABUELO, un rincón en medio del enebral creado y mantenido por el amigo Felipe García, todo un artista. La tarde va empeorando y se esta poniendo muy nublado pero nos dará tiempo de ir hasta el refugio de Covaloria y subir hasta el rincón y recorrer la parte baja de la pared hasta la cueva, y disfrutar de este rincón.
El refugio merendero de El Abuelo
Vista desde la parte trasera, todo un mundo por descubrir en sus alrededores y paredes
Amaia hasta se columpia
La verdad que en esta época, primavera, esta cuando mas bonito
Y llegamos a Covaloria, dirigiéndonos hacia el rincón
Una pano de este maravilloso rincón
La subida es corta pero incomoda
Llegando a la base de la pared
En busca de la cueva por la base
La cueva a la vista
Otra pequeña cueva anterior a la grande
Llegando
El camino recorrido
Desde dentro de la cueva
En esta cueva habita una gran colonia de murciélagos
La bajada hasta el refugio tiene que ser rápida, comienzan a caer gotas
Pano desde la entrada a la cueva, hacia el llano
El día de jueves santo, nos vamos con todos los sobrinos hasta la Fuentona, uno de los monumentos naturales de Castilla-León, la tarde es esplendida y disfrutamos de este paraje
Paredones por encima del camino
Aguas cristalinas en el río
Tronco de Sabina
Pequeña víbora en el camino
El río Abión comienza su camino
Fuentona, menudas tonalidades tomaba a estas horas
Amaia contemplando
De vuelta por la otra orilla
El domingo ya con el tiempo desapacible, lloviendo y con frio, nos vamos hasta Duruelo a visitar a la familia y ver unos de los rincones mas bonitos de Urbión, Castroviejo y la cueva Serena.
Diversas formas tienen estas piedras para dejar correr la imaginación
Y en unos quince minutos llegamos entre una ligera lluvia a la cueva Serena
Y esto es parte de lo que dio de si la semana santa